En 2013, cuando cumplía 44 años, Luis Vidal concluyó su emblemático proyecto de la Terminal 2 de Heathrow (Londres). A pesar de que iba a ganar una impresionante lista de 27 premios por este proyecto, la verdadera satisfacción llegaba de otra fuente: este aeropuerto había sido construido para una ciudad muy querida para él, Londres, la misma ciudad que él había elegido para formarse -se graduó con honores en la Universidad de Greenwich en 1994- y donde fue invitado a formar parte del Royal Institute of British Architects (RIBA).
De hecho, algunas de las ideas más potentes de Vidal nacieron allí, durante su etapa de estudiante. Incluso entonces, rápidamente se dio cuenta del valor de tener una visión holística. Fue cuando se forjó también su creencia de que la arquitectura en la actualidad debía, sencillamente, “trabajar con la mayor exigencia”, esforzarse más para alcanzar mayores objetivos, no sólo económicos, sino también medioambientales y sociales. A su vez, empezó a interesarse de manera particular por el campo de la aviación y el transporte: una lectura de su tesis sobre el Aeropuerto de la City, en el corazón financiero de Londres, revela el origen de muchas de sus ideas actuales, incluida su visión de la importancia central que tiene la “experiencia del usuario”. Cuando regresó a España, y tras ganar el concurso, se convirtió en director de proyecto de la nueva Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas a la vez que fue coautor del Aeropuerto Internacional de Varsovia en Polonia.
En el año 2004, Vidal abrió su propio estudio internacional: luis vidal + arquitectos. Bajo su dirección, el equipo optaba por una clara filosofía y estrategia: alcanzar la Arquitectura +. En esencia, lo que esto significa es que la arquitectura debía hacer más. Debía ser inclusiva, innovadora e inspiradora: las distintas necesidades de los usuarios debían situarse en el centro de todos sus proyectos y planes. En aeropuertos, significaba crear un comienzo o fin de viaje que fuera la mejor experiencia posible: en la Terminal 2 de Heathrow (galardonada Mejor Edificio Público de Arquitectura del mundo y Mejor Terminal Aeroportuaria del Mundo en los premios Skytrax 2018) se hizo un uso inteligente de la luz, incluyendo la acústica y la orientación intuitiva. En hospitales, como el Álvaro Cunqueiro de Vigo (ganador del Premio Proyecto Hospital del Futuro en los Premios Internacionales de Diseño & Salud), el objetivo era ayudar tanto a los pacientes como a sus familias y a los sanitarios a través del uso claro de rutas y conexiones visuales directas. En proyectos como el complejo de oficinas del Campus Palmas Altas en Sevilla, se buscaban espacios abiertos que además permitieran una mayor interacción y colaboración entre los empleados. Este proyecto recibió un premio RIBA.
A medida que su estudio se ha expandido fuera de España y Reino Unido, la “marca” de Luis Vidal ha aportado soluciones de diseño, innovadoras y de alta calidad, a más de 200 proyectos de arquitectura. Desde sus oficinas de Estados Unidos, Vidal lidera el diseño de importantes aeropuertos internacionales en EE.UU. (entre otros Pittsburgh, Boston, Dallas-Fort Worth y Saint Thomas), además de haber diseñado un puerto espacial comercial en Denver y un modelo de vertipuertos que ya ha merecido varios premios.
En Chile, su trabajo en el Centro Comunitario + CESFAM Matta Sur, donde rehabilitación patrimonial y obra nueva dialogan con elegante equilibrio devolviendo a la comunidad un edificio de gran significado social, ha recibido importantes reconocimientos internacionales, entre ellos un premio de diseño de la AIA, el Premio Chicago Athenaeum y el Premio Gubbio.
Pero no importa si se trata de un proyecto a gran escala (como el masterplan para la regeneración del antiguo sistema de ferrocarril central en Valladolid, España; ganador de un premio Future Project MIPIM AR, o su propuesta para Madrid Nuevo Norte junto con RSHP), la línea de sanitarios MOOD para Porcelanosa o el Centro Botín (en colaboración con RPBW, y convertido ya en referente e icono en el mundo del arte), Luis Vidal sigue siendo coherente en su creencia de que una mentalidad flexible y resolutiva con los problemas es la mejor manera de afrontar los retos más difíciles para el cliente.
En el caso de la Terminal 2 de Heathrow, esto significó la creación de un edificio social, económica y medioambientalmente responsable que pudiera acoger a los veinte millones de pasajeros que cada año viajan a través de su estructura. Para lograr esto, Vidal ideó un diseño que reduce las emisiones de CO2 un 40%, convirtiéndose en el primer aeropuerto del mundo en recibir la certificación de excelencia BREEAM. Gracias también a logros como el certificado BREEAM para el Hospital Álvaro Cunqueiro, el LEED Platino del Campus Palmas Altas, así como el del edificio de oficinas en Castellana 77 en Madrid, además del primer LEED Platino del mundo para un campus universitario (la Universidad Loyola en Sevilla), Luis Vidal se ha labrado una reputación de arquitecto dedicado a conseguir un impacto positivo en su entorno.
Entre todos estos logros, él continúa acentuando en sus trabajos la importancia de una visión sólida. Además de la responsabilidad medioambiental, su estudio mantiene su compromiso con la sostenibilidad social y económica, invitando a los clientes a colaborar estrechamente en proyectos diseñados para dejar un legado duradero. Las nuevas Torres Colón, encargadas a Vidal por Mutua Madrileña, son el paradigma de este ADN único.
Porque, mientras que el reconocimiento que acompaña a los premios siempre se agradece, la verdadera prueba del éxito está en la satisfacción de clientes y usuarios.Sus proyectos son reconocidos por su calidad y por el cumplimiento de plazos y presupuesto: un compromiso que mantiene a luis vidal + arquitectos en el liderazgo de la arquitectura global.